Mi regalo

Querido J:

Gracias,
Por escucharme,
por sorprenderme,
por tu confianza,
por reirte conmigo,
por tu buena disposición,
por inspirarme,
por considerar que soy merecedora de tu afecto,
por no darme consejos,
por respetar,
por compartir conmigo tu sabiduría,
por entender el significado de la palabra AMISTAD,

Imagen: Javier Cuevas
por preocuparte de mí incluso cuando estás lejos,
por probar mis experimentos culinarios y animarme a seguir con ellos,
por tu buen humor,
por tu paciencia,
por no juzgar,
por querer seguir viajando conmigo a pesar de las sardinas,
por soportar mi carácter,
por dejarme llorar y secarme las lágrimas,
por regalarme tu arte,
por dejarme disfrutar de ti,
por apoyarme en todo,
por contar siempre conmigo,
por tus abrazos,
por tu nobleza,
por comprenderme,
por tener en cuenta mi opinión,

por ayudarme a confiar,
por tu generosidad,
por permitirme disfrutar de tu gente,
por caminar, y caminar, y caminar...a mi lado sin quejarte,
por todo lo que me aportas,
por estar, siempre,
por descubrirme "Ser o no ser",
por hacerme un hueco en tu grandísimo corazón,
por haberte cruzado en mi camino y, a pesar de todo, permanecer en él,
por tantas y tantas cosas...
Espero que podamos seguir compartiendo, y disfrutando, y aprendiendo durante muchos, muchos años.

                                        ¡¡¡FELICIDADES!!!
















La Maison

Érase una vez un grupo de amigos, todos hombres,  que tenía por costumbre reunirse en un lóbrego lugar situado en una localidad cercana a la antigua capital de la provincia de Lusitania.
Lo que en aquel sitio acontecía no sería digno de mención salvo porque a todos, de alguna manera, marcó. Allí todo era especial: las historias de gimnastas rusos, la música ochentera, el olor a chocolate caliente, las visitas sorpresa, los viajes imaginarios....

Dentro de aquel grupo se encontraba una única mujer, que apareció de repente y que no tardó en ser considerada como uno más de la cuadrilla. La bautizaron con el nombre de Madame.
Los visitaba con tanta frecuencia como le era posible, pues su compañía le resultaba realmente grata y conseguían que ella se sintiera especialmente bien.
Le enseñaron muchas cosas: conoció a Talking Heads, Simple Minds y Morrissey, oyó hablar de especies vegetales que desconocía, supo de qué otras formas se podía utilizar el color blanco, aprendió que los Huskys Siberianos poseen instinto asesino...

Como reconocimiento a aquella muchacha y con motivo del décimo aniversario de la inauguración de aquel espacio, los chicos decidieron obsequiarla con una réplica en oro de la llave de tan curioso lugar que sin embargo, tendría los días contados.
Así fue como la llave de oro de La Maison terminó en el cuello de la Madame.

Y colorín, colorado...

Una de tenderos

Acostumbrados a las grandes superficies donde el trato es tan impersonal e incluso inexistente, sorprende muy gratamente encontrarse de vez en cuando con la figura del tendero.

Ahora son generalmente de otros países y algunos ni siquiera hablan nuestro idioma, como es el caso de la mayoría de las tiendas de comestibles regentadas por asiáticos.
Sin embargo conozco una excepción: Hay una tienda de "chuches y variantes" en una avenida de mi ciudad cuyo dueño y dependiente es un ciudadano asiático que sorprende, entre otras cosas, por la limpieza y el orden además de por la luminosidad, porque no tiene ningún producto caducado, por la amabilidad, simpatía y buena disposición del tendero y su dominio del castellano.

Imagen: Interactuar

Se llama Ray, o así le llaman los que le conocen. Todos hablan con él y le cuentan sus vidas como si fuera un colega de siempre y a todos trata como si fueran sus mejores amigos. Siempre dispuesto a echar una mano, Ray es la excepción que confirma la regla por lo que me declaro fan incondicional.


Por otro lado aún siguen existiendo, aunque cada vez menos, los tenderos de antaño tipo Chema, el personaje de la serie Aida. Como aquel que me vendió una bolsa de exquisitas patatas fritas mientras nos contaba su vida y milagros, y nos informaba acerca de las estrategias de los fabricantes de aperitivos para que los consumidores hagamos, de buen grado y sin rechistar, algo que en realidad les corresponde hacer a ellos.

Ójala tenga la posibilidad de encontrarme con muchos más de estos y poder recordarlos toda la vida como a Vicente el de la churre, que te servía las patatas siempre con una sonrisa, o Titas la de la tienda de ultramarinos, que siempre tenía una palabra amable, o el señor del kiosco que estaba al lado de la iglesia, cuyo nombre no recuerdo....

¿Y si toca?


Un día alguien me contó lo que haría en el caso de que le tocasen 300.000 millones de euros: Compraría chalets para amigos y familiares en una urbanización con forma de U y viajaría.
En otra ocasión otra persona confesó que lo utilizaría (entre otras cosas) para viajar al espacio.
En ambos casos me ofrecí a gestionar su patrimonio. Por supuesto.
Está claro que cada uno sueña con una cosa, que cada cual lo invertiría en cosas diferentes y que todas son absolutamente respetables.

Imagen: Reuters
En mi caso lo primero que haría sería recuperarme del shock y después, lo dedicaría a asegurar un techo bajo el que cobijarse de por vida, tanto para mí como para mis seres queridos. Viajaría hasta hartarme, incluso al espacio. Invertiría en cosas que me permitieran mantener los techos anteriormente citados y a sus moradores. Ayudaría a cumplir los sueños y cubrir las necesidades de otros y me apartaría del mundanal ruido viviendo sin lujos.

Ya sé que todo esto suena a tópico e incluso a utópico. Lo cierto es que hasta el momento en el que nos veamos en esa situación no sabremos lo que haremos, de modo que os invito a seguir soñando. Que es gratis.

Calle de El Tato

Resulta curioso como a veces imaginamos cosas que no tienen en absoluto que ver con la realidad.
Si cierras los ojos y tratas de imaginar una calle con el nombre de "El Tato" existe la posibilidad de que tu imaginación te lleve a lugares humildes, llenos de bloques de pisos que no destacan
Antonio Sanchez "El Tato"
Imagen: aplausos.es
precisamente por su belleza arquitectónica, o de casitas bajas con una pila de años y escasas, o poco cuidadas, zonas verdes.

Este lugar que suena a canción de Melendi, está dedicada a un torero del siglo 19 que tras retirarse profesionalmente asistía a todas las corridas posibles, independientemente del cartel de la misma.

Lo llamativo del caso es que me encontré con dicha calle en un lugar plagado de casas de ensueño, colegios privados, extraordinarias zonas verdes, gente (poca, como es habitual en ese tipo de sitios) que hablaba en otros idiomas, embajadas.....Donde lo que cabría esperar sería ver carteles con nombres como Paseo Conde de los Gaitanes, Calle Senda del Infante, Avenida de la Galaxia, Calle diplomáticos, Ronda Bungacilla del rey....
Para remate, en la esquina de la calle de "El Tato" hay un chaletaco de un color rosa burdel que me lleva a pensar en que, más que a una de Melendi, suena a canción de Sabina.

Oh la lá!


Es cierto que no me gustó, que no me produjo sensaciones especiales y que sigo pensando que es como Madrid pero con torre Eiffel. A pesar de ello no puedo decir que París sea una ciudad fea, porque estaría faltando a la verdad.
Su oferta es amplia y variada: Impresionantes templos, espectaculares museos en los que poder admirar cosas muchísimo más interesantes y accesibles que "La Gioconda", un cementerio escalofriante en el que descansan un buen puñado de celebridades, una fascinante librería en la que perderse largo rato, impresionantes vistas de la ciudad desde una inmensa y omnipresente torre de hierro, una capilla en la que poder admirar espléndidas vidrieras, un barrio bohemio
atestado de artistas (y de turistas), majestuosos palacios de todos los tamaños, ornamentados puentes, deliciosos croissants, curiosos mercados callejeros, cafés a diestro y siniestro y grajos, muchos grajos.

Momentos mágicos, de esos que no se pueden pagar con dinero, también son posibles en la capital gala: Sentarse en la escalinata que precede a la entrada de la basílica del Sacre Coeur y asistir a un improvisado concierto de Ramón Mirabet mientras observas el trajín de la ciudad que tienes a tus pies, quedarse embobado mientras contemplas ¡por fin! tu cuadro favorito, descubrir el nombre de localidades muy queridas grabadas en el arco del triunfo, encontrarse con Alberto Contador en el aeropuerto y que nadie se de cuenta más que tú....

Lo parisinos son educados, amables y muy, pero que muy estilosos. Algunos incluso se atreven a parlotear en español, como Alain; el simpatiquísimo amigo de Madame Dupas, que sería nuestro casero durante unos días.
En definitiva, la ciudad de la luz, del amor y de no sé cuantas cosas más no es un destino que yo recomiende especialmente. Pero claro, eso va en gustos.

La despedida

Se despegaba del cuerpo su camiseta azul, la misma que llevaba el día que se conocieron.
Era una calurosa tarde de verano y había estado caminando bajo un sol de justicia. La saludó como siempre, desafiante.

El teléfono sonó alrededor de las 4 de aquel viernes que nunca olvidaría.
Después, silencio. Un silencio aterrador, ensordecedor, desprovisto de héroes y teñido de negro.
Imagen: perroviajante
A partir de entonces no podría dejar de extrañar su cuerpo enjuto, su hipnótico tono de  voz, su intensa mirada azul, su perfecta y seductora sonrisa, su delicada piel....
Paradójicamente, el lugar que fuera testigo mudo del inicio, lo sería también del fin de una historia que marcaría un punto de inflexión en su vida.

Quedaron muchas cosas por hacer, muchas cosas por decir y unos cuantos momentos para el recuerdo.
" Habrá otras ocasiones ", dijo. Posiblemente tuviera razón y sí que las haya; posiblemente en otras vidas.

El Sr. Holmes

Ilustración: Chris Weston
Cortesía de The Korinthian
Una tarde de sábado, mientras caminaba sumida en mis pensamientos, llamó mi atención un coche que se encontraba parado en un semáforo. Era uno de esas joyas inglesas de época, perfectamente cuidado, de color negro y al que calculé una antigüedad aproximada de 80 años.

Su conductor era un señor de mediana edad ataviado con una gorra - que intuyo debía ser de cuadros - y un objeto en la boca que no alcanzaba a distinguir con claridad pero, se me antojaba una pipa.
La imagen era totalmente surrealista, ¡parecía el mismísimo Sherlock!. Me hubiera gustado verle salir del coche, estoy convencida de que el resto de su indumentaria consistía en un traje de tweed a juego con la gorra.

El vehículo avanzó para volver a detenerse a escasos metros, justo en la entrada de un conocidísimo restaurante, donde recogió a un individuo con un aspecto muy parecido al del conductor. Dios Santo, ¡era él!. ¿Cómo no se me habría ocurrido? Si era elemental, querida...

Morfeo es caprichoso (2ª parte)

...Escocia. Algún día nos tendremos que sentar cara a cara y decirnos cuatro cosas. ¿A qué hora habíamos quedado a las 19 o las 19:30?. Que alegría me da lo de su embarazo, espero que vaya todo bien. Las fotos han salido genial; la verdad es que el peinado nuevo no me queda nada mal. Buf! las 5:03 a.m. ya, mañana voy a parecer un alma en pena.

Imagen: Taringa
Que gracioso el niño que me dijo "hola" al pasar. Que no se me olvide comprar café. La ciudad que nunca duerme. No me puedo creer que haya tanto charlatán incompetente engañando a tanta gente. Mmm....empiezo a notar los brazos de Morfeo. Me da mucha envidia la niña, la verdad. Pobrecillo, cada día tiene menos pelo. No puedo con esta incertidumbre. A ver si da resultado el entrenamiento.  Menuda pinta tenían las fresas. ¿Será verdad lo que me contó?. Es una tía maja, merece una oportunidad. Si espera que vaya yo lo lleva claro. Me ha encantado el detalle que ha tenido. Mira que son pesaditos los del teléfono. ¿A qué huele?.  Tengo que llevar las pilas al contenedor. Ójala...mañana.....no............................haga..tanto...................calo..r.........porque..........m.......e...............................va.....a......da...................................ZZZzzzzzzzz.............Tamañana................ZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZ

Morfeo es caprichoso

3:44 de la madrugada de un lunes cualquiera. Los ojos como platos y esta vez no puedo responsabilizar a la compañía telefónica, que acostumbra a avisarme a horas indecentes de que alguien me ha llamado 15 horas antes. 
Imagen: La guía
Curiosa la frenética actividad que puede tener la mente en circunstancias como ésta. No hay nada como una noche de insomnio para que 1 millón de cosas acudan en tropel a tu pensamiento:
¿Qué salsa le irá bien al pastel de pescado?. El carnet de conducir lleva 2 meses caducado. La reforma imaginaria. ¿Qué tendrán las sombras de Christian?. Flandes. La carta de motivación. Hace mucho que no sé nada del kinki. La cita del dentista. Que chula la peli que he visto hoy. Tengo que poner fin a lo que me hace sufrir. A ver si hincho la ruedas de la bici de una vez. La batidora de varillas. Mis discos inéditos. ¿Por qué no subiría la masa de las magdalenas?. Tengo que limpiar el coche sin falta. Mira que estoy harta de quien no habla claro. Seguro que Monseñor sabe que en aquella tienda hacen 2x1 en relicarios. Menudas pintas tenía el que me he cruzado en el parque esta tarde. Tengo antojo de pisto. Nueva Zelanda. ¿He apagado la calefacción?. Cuánto mangante. Ójala algún día veamos el puente de la foto. No acabo de entender por qué no se separan...





El viaje de Nico

Poco antes, charlando con las chicas, supe que le llamaban Sarkozy, porque era francés.

Llevaba días esperando ese momento. Habíamos hablado de ello el mes anterior pero no llegamos a concretar nada. No parecía muy interesado en acompañarme aunque supongo que, finalmente, se vió obligado por las circunstancias.

Aquella mañana,  me preguntó si había decidido cuál sería el destino del viaje y lo primero que pensé fue en su ciudad. No era mi favorito, es cierto, y no dudé en hacérselo saber pero, aún así, prometió hacer lo posible porque regresara.

Imagen: Encuentros UMA
A decir verdad no recuerdo absolutamente nada de aquel viaje, salvo el intenso frío que sentí justo antes de partir y las terribles turbulencias de la vuelta, originadas, quizá, por aquel desafortunado comentario acerca de su localidad de origen.

A pesar de todo, Nico cumplió su palabra y le agradezco inmensamente que no me permitiera retornar antes de tiempo, como habrían hecho otros.

Estoy totalmente de acuerdo con las chicas: era (y es) un gran anestesista.

Imprevisiones meteorológicas

Con unos días de fiesta a la vuelta de la esquina y con el fin de organizar esos merecidos días de descanso, son muchos los interesados en saber qué tiempo va a hacer. Para lo que acuden, mayoritariamente, a Internet.
La predicción meteorológica dice que la probabilidad de precipitación entre las 12 - 18 h del día D será del 90%. Veamos, dicho así podría interpretarse como que estará lloviendo, nevando o granizando casi 5 horas y media. Sin embargo la realidad es que existe una posibilidad muy alta - en este caso, un 90% - de que precipite algo (llámese X) entre las 12 de la mañana y las 6 de la tarde.
Teniendo esto en cuenta parece lógico pensar que muchos, entre los que me incluyo, se aventuren a salir a la calle asumiendo el riesgo que supone encontrarse con la tan temida precipitación, a veces incluso, desprovistos de cualquier objeto para protegerse.

Imagen: Aemet
No obstante, existe la posibilidad de interpretar esos mismos datos de otro modo; a saber: podría suceder que entre las 12 y las 18h, cayeran el 90% de las precipitaciones previstas para la estación del año en curso por lo que asistiríamos a una especie de "monzón ibérico", en cuyo caso más vale tener a mano un traje de neopreno y una zodiac si pretendemos llegar a refugio sanos, salvos y medianamente secos.

Ante las innumerables posibilidades de interpretación existentes, aconsejo lo siguiente:
Cuando necesitéis conocer la previsión meteorológica olvidaos de internet y Mario Picazo, consultad al abuel@ más cercano; os proporcionará toda la información que requiráis de forma clara y precisa y, además, la probabilidad de acierto ascenderá al 100%.

La mala educación

"Antes que nada, pido perdón...". Esa fue la frase con la que se dirigió a nosotros.
En realidad no había nada que perdonar pues su único delito fue interpretar, a su manera, la información que le habíamos facilitado. Lo curioso del caso fue que nos sorprendieran la educación y amabilidad que profesaba.

Esto resulta mucho más sorprendente, si cabe, cuando quien se comporta de ese modo es una persona joven. De hecho, cuanto menor es la edad del interlocutor más nos sorprende.

Imagen: Vladimir Mickovic


¿En qué clase de sociedad vivimos si consideramos que las personas que poseen estas cualidades están prácticamente extintas?
¿Cómo es posible que hayamos llegado al punto en que nos resulte "normal" un comportamiento desagradable y maleducado?
¿En que clase de "animales" nos estamos convirtiendo?

Ni fu ni fa...

...ni carajo en Portugal, que dirían en mi pueblo.
Esta peculiar expresión es lo que me acaba de venir a la mente en este momento, de modo que he querido aprovecharla para titular mi primer post.

Imagen: Happy ideas
De esta forma os doy la bienvenida a este blog, cuyo objetivo es dejar constancia - con más o menos acierto - de muchas de las cosas que acuden a mi pensamiento. Algunas de ellas están basadas en experiencias propias y/o ajenas y otras - como diría un conocido mentalista - serán producto de la imaginación.

Los comentarios son bienvenidos, así como las opiniones y diferentes puntos de vista que, sin duda, siempre enriquecen.

He aquí mi legado. Espero que lo disfrutéis.