Morfeo es caprichoso

3:44 de la madrugada de un lunes cualquiera. Los ojos como platos y esta vez no puedo responsabilizar a la compañía telefónica, que acostumbra a avisarme a horas indecentes de que alguien me ha llamado 15 horas antes. 
Imagen: La guía
Curiosa la frenética actividad que puede tener la mente en circunstancias como ésta. No hay nada como una noche de insomnio para que 1 millón de cosas acudan en tropel a tu pensamiento:
¿Qué salsa le irá bien al pastel de pescado?. El carnet de conducir lleva 2 meses caducado. La reforma imaginaria. ¿Qué tendrán las sombras de Christian?. Flandes. La carta de motivación. Hace mucho que no sé nada del kinki. La cita del dentista. Que chula la peli que he visto hoy. Tengo que poner fin a lo que me hace sufrir. A ver si hincho la ruedas de la bici de una vez. La batidora de varillas. Mis discos inéditos. ¿Por qué no subiría la masa de las magdalenas?. Tengo que limpiar el coche sin falta. Mira que estoy harta de quien no habla claro. Seguro que Monseñor sabe que en aquella tienda hacen 2x1 en relicarios. Menudas pintas tenía el que me he cruzado en el parque esta tarde. Tengo antojo de pisto. Nueva Zelanda. ¿He apagado la calefacción?. Cuánto mangante. Ójala algún día veamos el puente de la foto. No acabo de entender por qué no se separan...





1 comentario:

  1. La de cosas que se pueden pensar....la más intrigante y preocupante es la del pisto...

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