La mala educación

"Antes que nada, pido perdón...". Esa fue la frase con la que se dirigió a nosotros.
En realidad no había nada que perdonar pues su único delito fue interpretar, a su manera, la información que le habíamos facilitado. Lo curioso del caso fue que nos sorprendieran la educación y amabilidad que profesaba.

Esto resulta mucho más sorprendente, si cabe, cuando quien se comporta de ese modo es una persona joven. De hecho, cuanto menor es la edad del interlocutor más nos sorprende.

Imagen: Vladimir Mickovic


¿En qué clase de sociedad vivimos si consideramos que las personas que poseen estas cualidades están prácticamente extintas?
¿Cómo es posible que hayamos llegado al punto en que nos resulte "normal" un comportamiento desagradable y maleducado?
¿En que clase de "animales" nos estamos convirtiendo?

1 comentario:

  1. Triste reflexión cuando nos sorprende..justo esta semana pensé lo mismo al acordarme de algunas de estas ocasiones en que me ha pasado personalmente...

    Pensar en el poquito esfuerzo que se necesita y en las maravillosas sonrisas y buen rollismo que se contagian..

    ResponderEliminar